Este no ha sido el año del Trap
Por Adrián Gómez (@Adri_DMC)
Llegados a este punto del año, es obligatorio hacer balance musical de todo lo que ha brotado desde comienzos de 2017. Un año en el que los más visionarios auguraban una revolución total del sonido y un «sorpasso» de la música trap al histórico BoomBap. La denominada Música Urbana estaba preparada para adelantar por la derecha y rapidito a las barras bien tiradas y el carácter vieja escuela. Sin embargo, hoy ya tenemos razones y no solo visiones para decir que este no ha sido el año del Trap.
Les aseguro que no soy purista ni urbano, escucho trap, me relaja el blues y devoro el rap. Pero tengo la opinión clara de que el panorama no ha cambiado tanto como pensaban aquellos visionarios. La vieja escuela sigue muy presente, de un simple vistazo vemos en la lista de discos de 2017 a Juaninacka, Locus, Sho-Hai, Darmo, Sharif o Riot Propaganda. Y, sobre todo, contamos con artistas que han irrumpido este año con fuerza, o han vuelto a hacerlo, y que mantienen el sonido Boom Clap grabado a fuego como es el caso de Foyone, Morgan, El Momo, Erick Hervé o Kovitch.
De lo que estoy seguro es que ha sido el año de buscar el equilibrio, de la combinación, de abrir la mente, del #mesudapollismo. Y eso es algo que me encanta. Artistas como Zetazen, J.Dose o Juli Giuliani han conseguido conformar su propia personalidad en el beat, combinando las barras bien tiradas con sonidos más actuales, instrumentos naturales, géneros musicales variados…etc. Es esto lo que le exigimos a la evolución del género, expandir el horizonte hacia nuevos ritmos, combinaciones, maneras de fluir…etc. Actualizar, pero mantener la esencia y los valores que nos acompañan desde el nacimiento de la cultura Hip Hop.
El primer paso está dado, la renovación de la música rap tal y como la conocíamos ya ha comenzado. Hace 10 años era impensable ver en un disco de nuestro género tramos de flamenco o de pop. Ahora Rozalén aparece en un directo con Kase.O y es un temazo, o Zetazen mete una instrumental flamenca en su trabajo con la colaboración de Ángela Rodríguez y nadie se sorprende, al revés, lo agradece. Las mentes se van abriendo, el círculo se expande y no, el trap no se ha impuesto a nada, ambas disciplinas conviven y se complementan en un panorama más enriquecido que nunca.
Esa mezcla de géneros no es nada nuevo, ya lo hizo Gata Cattana en 2016, y estos de aquí… me huelen a copias baratas.
Un saludo.