Kase.O se despide de su gira con Jazz Magnetism y un elenco de artistas invitados para desconectar musicalmente durante una temporada
¿Cómo estar a la altura de un último baile ante 10.000 personas que no quieren verte marchar? Eso debió pensar Kase.O cuando volvió a abrir su parroquia particular, el WiZink Center, a rebosar de fieles que venían a dejarse, como él, la piel en 2 horas de concierto. Poner fin a una de las etapas más bonitas de su trayectoria y cuyo noviazgo comenzaba hace ya una década: Kase.O Jazz Magnetism. Los magnéticos encontraron en Javato la forma de dar rienda suelta a su creatividad. Y Kase.O encontró en ellos la vía para convertirse en ‘artista’. Más allá de etiquetas y ataduras. Artista. Y punto.
Con mucho que decir saltaba el maño al escenario. Atuendo oscuro, colgante protagonista y cobijando la emoción de esta cita dando gracias a los presentes y en especial a su pequeña y a Muna. Junto a él estaba toda la banda, que rápido extendería la alfombra de gala para poner a saltar a Javi con ‘Yemen’ y ‘Esto No Para’, para finalmente bajar las luces y dar paso al primer invitado de la noche: Foyone. La conexión entre ambos es mágica. Así lo han demostrado en las ocasiones que se han juntado en un ritmo y también en esta noche única: ‘Guerrero Psicodélico’ y ‘Salud y Libertad’ fueron las consignas que predicaron los dos artistas.
Recogió el testigo en solitario Javi con ‘Pavos Reales’, pero antes hubo tiempo de lanzar mensajes bonitos a Foyone, del que ya se ha manifestado seguidor en varias ocasiones. Y si algo quería poner en valor Javi esa noche eran los nuevos talentos. De ahí que lanzara a Sara Socas en un face-to- face con el público para regalarle a la canaria una carta de presentación en un WiZink a reventar, al que supo encandilar con un firme freestyle. Tras ello, Javi hizo de padrino invitando a los presentes a disfrutar en casa del talento de Socas.
Pero como Alonso, el también tenía un plan. Y pasaba por poner en valor el trabajo de los viejos rockeros de nuestro género que con sudor, menosprecios constantes, coraje y un par levantaron los cimientos donde ahora se edifica todo este mastodonte musical.
Llegó entonces el primer batallón de colaboraciones. En primer lugar, los gemelos Ayax & Prok compartieron con Kase uno de sus temas legendarios: ‘Pura Droga Sin Cortar’. Al que le seguiría la voz de Rozalén en ‘Mazas y Catapultas’ antes de poner a su lado a sus hermanos de toda la vida. Xhelazz y Sho-Hai, Sho-Hai y Xhelazz. Dos emblemas del rap maño que, como Javi, comparten esa forma de entender y cuidar el rap desde unos principios basados en la pureza y el mensaje. Un ‘Billete de Ida Hacia la Tristeza’ que alcanzó unos ‘Viejos Ciegos’ para cerrar con el ‘Rap que te Pone Bien’. Así llegaríamos al ecuador de este último baile.
Alcanzando el delirio, Kase abogó por contener la noche y poner el regusto con la versión magnética de ‘Repartiendo Arte’ para seguir con los temas más icónicos junto a Jazz Magnetism como son ‘Boogalo’ y ‘Como el Sol’. Un momento para pararse a pensar, en estos tiempos de rapidez, en todo el territorio musical conquistado gracias a esta fusión de rap y jazz que brotaba hace más de una década. Y fue entonces cuando llegaría otra de las sorpresas de la noche: «¿La de Chambao con Kase?», preguntaban entre la grada. «Si, la de Papeles Mojaos». Y sí, era ella. LaMari de Chambao se vestía de Najwa para cantar ‘Mitad y Mitad’ y resucitar su clásico ‘Cómeme’.
Llegaba la recta final y nadie quería mirar realmente a esos últimos temas que significaban el adiós temporal de Javi. Pero como Alonso, el también tenía un plan. Y pasaba por poner en valor el trabajo de los viejos rockeros de nuestro género que con sudor, menosprecios constantes, coraje y un par levantaron los cimientos donde ahora se edifica todo este mastodonte musical. Kase conseguía unir sobre las mismas tablas a CPV, Violadores del Verso y SFDK. Supernafamacho reaparecía en público para entonar su ‘Tranquilo’. Un tema que cuenta con más años que algunos de los presentes y que se convirtió en un claro recuerdo a la figura de Jotamayúscula, productor del tema y amigo de ambos artistas. Lo que acompañó el tema con un sinfín de palabras bonitas hacia el productor. Nafa y Kase se unieron en un abrazo que será difícil volver a disfrutar en concierto.
Aún faltaba Zatu. ‘Ringui Dingui’ tenía su hueco y también un vuelco hacia la nostalgia. A aquellos años en los que se trazaban caminos impensables a día de hoy para crear alianzas entre los rapers más grandes del panorama. Lo que había empezado con sabor a despedida, llegaba a su despedida con sabor a comienzos. Algunas lágrimas caían sobre el cemento del WiZink al ver las bondades que ambos compartían del otro y sintiendo ese momento como el fin de un ciclo que ellos mismos habían creado.
Y con emoción llega Javi en solitario a sus dos últimos temas, creando un espacio íntimo y calmado que se rompió tan solo por los gritos del público: «Hoy es mi renacimiento, hoy es mi renacimiento». Unos últimos compases que se fundieron en aplausos eternos para Jode Culos Ibarra -en qué momento se pondría ese mote- y solo frenado para hacer la foto de grupo. Una foto que ilustra todo lo conseguido por Javi en una vida dedicada a este sonido. Un último baile antes de una pausa necesaria.
Imágenes por Iván Guerrero (@Ivnguerrero)
Crónica por Adrián G.Quintana (@Adri_DMC)