Rico Sin Denuncia es arte, puta
Pro Víctor Encabo (@Vivercio)
Hace unos días, concretamente el 17 de octubre, vio la luz el nuevo trabajo de Foyone. Si habéis escuchado nuestro Programa 54 ya sabréis que lo comentamos brevemente , y si aún no lo habéis hecho, solo tenéis que seguir el enlace anterior. No obstante, este disco se merece un análisis un poco más extenso, ya que consagra al MC malagueño como uno de los exponentes actuales del rap nacional y deja atrás esa etiqueta de artista emergente que siempre le acompañaba.
En los dos adelantos previos a la salida del álbum (Volver y Rico sin denuncia) ya se preveía que no iba a ser un disco cualquiera de Foyone. Si alguien esperaba temas en la línea de los #RapSinCorte o de los inéditos que va dejando en su canal de You tube, estaba completamente equivocado. Precisamente eso es lo que se espera de cualquier artista cuando saca un trabajo nuevo, que cree una nueva atmósfera y que sea capaz de introducirte en ella. Haciendo cosas nuevas pero sin perder la esencia. Eso es lo que ocurre con este Rico sin denuncia, sigue siendo Foyone, pero no es más de lo mismo.
A mi juicio, una de las características clave de este álbum es el cambio de tono con respecto a trabajos anteriores. Esto se aprecia desde el propio título, ha pasado de querer hacerse con el millón o de narrar algunos de sus episodios delictivos al hacerse Rico sin denuncia. Otra de las piezas clave es su manera de explicar el porqué de tanto “puta” en sus canciones, dándole otra definición y explicando que ese es su arte. Es obvio que la palabra “puta” se vincula tradicionalmente con la mujer, pero ese no es el sentido en el que él lo usa, es otra cosa, o al menos eso da a entender, y quizás eso explique la canción Su culito, que para algunos ha sido una auténtica sorpresa.
Cada canción te sumerge en un mundo diferente y, sin duda, las producciones de Sceno son un elemento fundamental para que eso ocurra. Él ha sido, como no podía ser de otra manera, el encargado de producir todas las bases. Todas a su completo excepto una, la pista 9, en la que Big Hozone aporta la única colaboración en lo que a beats se refiere.
Por su parte, en las colaboraciones vocales nos encontramos con una de las bombas del disco: la colabo de Kase.O. El tema se llama Guerrero psicodélico y tanto el malagueño como el zaragozano parecen haber encontrado el punto perfecto sobre el que rimar. Con una tremenda instrumental, escuchamos a Kase.o sumergido hasta el fondo en ese universo característico de Foyone. En este aspecto también encontramos a los gemelos de Granada, Ayax y Prok, a N-Wise y al venezolano Akapellah.
Con respecto a los gemelos del rap español, llama la atención que cada uno colabora por separado, primero escuchamos a Prok en El tercer gemelo, en la que también colabora Hozone, y más tarde aparece su hermano Ayax con Óxido. Elegir entre una de las dos sería bastante difícil, así que mejor hablamos de otro de los raperos que aparece en el álbum, como es N-Wise, que le aporta un toque diferente a Atraco del 97. En la última canción sorprende Akapellah en Ciudad del vicio, que ya se incluía en La jaula de oro y que reaparece ahora adaptada al Rico sin denuncia con una parrafada extra.
Cuando uno acaba de escuchar el disco completo por primera vez se queda con la sensación de que ha pasado muy rápido, ya que la duración total es de 47 minutos. Sin embargo, esos 47 minutos están muy bien aprovechados y como reza el refrán: “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.
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